31 Mar ENFERMEDADES DEL SUEÑO, COSAS QUE DEBERÍAS SABER
Las enfermedades del sueño afectan en España a uno de cada tres personas, tanto a adultos como a niños, y dependiendo de su evolución o de su severidad, estas patologías pueden derivar en otro tipo de enfermedades, como pueden ser las complicaciones cardiovasculares. Es por ello que es importante aprender a identificar los síntomas y, sobre todo, a tener una higiene del sueño que nos permita evitar problemas a futuro.
El insomnio es el trastorno del sueño más padecido, pero existen hasta 80 enfermedades identificadas, muchas de ellas relacionadas con cuadros de depresión, ansiedad o problemas psiquiátricos.
La clasificación de las llamadas enfermedades del sueño incluye: trastornos intrínsecos del sueño, como el insomnio, la hipersomnia o la apnea del sueño; trastornos extrínsecos del sueño, como el insomnio por altitud, los asociados a elementos ambientales o los derivados de la ingesta de alcohol o alergias alimentarias; los trastornos asociados a tratamientos médicos, a problemas neurológicos y las parasomnias, que son transtornos de la conducta durante el sueño asociados con despertares parciales, sonambulismos o terrores nocturnos.
Los trastornos en el sueño son uno de los indicadores más efectivos de las perturbaciones que pueden afectar a una persona. Hay estudios que demuestran que dormir menos de seis horas al día aumenta el riesgo de padecer obesidad y enfermedades como la diabetes. El sueño garantiza la capacidad de concentración, memoria y autocontrol. La falta de sueño nos afecta en todos los ámbitos de nuestra vida.
Debido a las circunstancias económicas y de crisis, las consultas por dificultades para dormir han aumentado mucho en los últimos años, y las instituciones empiezan a plantearse cómo gestionar de manera más eficaz la atención a estos pacientes.
¿Qué podemos hacer para prevenir los casos evitables de insomnio? Como en todos los casos en los que se habla de enfermedades que puedan cronificarse, la detención temprana de los síntomas que debemos considerar como problemáticos es fundamental, así como mejorar nuestros hábitos y nuestra higiene del sueño, es decir los factores conductuales y ambientales que preceden al suelo y/o que puedan interferir con él. Se trata de seguir una serie de recomendaciones que nos aseguren el descanso y, en consecuencia, nos ayuda a tener un estado de alerta diurno que nos hace más productivos en el día a día.
Para empezar algunos de los síntomas que debemos tener en cuenta son la dificultad para conciliar el sueño o de permanecer dormido, quedarse dormido en momentos inapropiados, tener demasiado sueño o padecer conductas anormales durante el sueño. Se considera que si los síntomas persisten más de tres meses debemos visitar a un especialista.
Los hábitos que ayudarán a mejorar nuestro descanso son bastante sencillos de adquirir. Es importante intentar mantener los horarios de acostarse y de levantarse y hacerlo, si es posible, siempre a la misma hora. Igualmente, será importante no tomar sustancias excitantes a partir de media tarde y evitar las comidas copiosas justo antes de dormir. Hacer ejercicio durante el día y evitar el sedentarismo es otra de las cosas que nos ayudarán a dormir mejor. Y es también importante no quedarse en la cama si no se tiene sueño, si eso ocurre, es mejor levantarse y ocuparse a sostener la ansiedad que produce no conseguir dormir. Finalmente, habrá que cuidar factores ambientales como la ventilación de la habitación y la temperatura.
Es muy importante recordar que la carencia de sueño tiene repercusiones importantes para la saludo, tanto física como psicológica y no debemos subestimar la importancia de un buen descanso. Empecemos a cuidarnos ahora antes de tener que tomar otras medidas más serias.
Foto de Andrew Malone en Flickr Creative Commons
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