26 Feb Aprender a Esquiar según Bandura.
– Que nooo, el peso lo debes poner siempre en la pierna exterior, la interior tienes que poder levantarla sin perder el equilibrio. Y cuando vas a girar, primero te levantas, exagera sin miedo, te levantas, cambias el peso de pierna, y verás cómo giras sólo. Y vuelves a agacharte un poco hasta el siguiente giro, que te vuelves a levantar. Y otra vez lo mismo.
El pasado fin de semana recibí mi primera clase de esquí, con Gerard, un estudiante de historia -matrícula en Historia Medieval- de 23 años y larga barba.
Buf. Para los que no aprendimos de pequeños aprender a esquiar es todo un reto. Para enseñarme a esquiar Gerard primero me explicaba cómo hacer ‘la cosa’ -el giro, por ejemplo, luego lo hacía él y… ¡hala!, «detrás mío a probar… y probar, y probar». Ésta fue una clase particular -que me cayó al ponerse enferma mi sobrina- aunque lo normal es aprender en grupo.
Gerard no lo sabe… pero es un fiel seguidor de la Teoría del Aprendizaje Social de Albert Bandura. («¿la qué?»-dijo estupefacto en el telesilla cuando intentaba explicárselo). Sí, un ‘tipo’ que viene a ser el cuarto psicólogo más citado de la historia. Y viene a decir: la confianza en que lograrás realizar una acción (en este caso: girar) y la expectativa que lograrás un resultado exitoso (esquiar bien) son las variables clave para lograr un cambio en la conducta, o la adquisición de un hábito.
Es la misma teoría en la que se basa la Dra Kate Lorig para enseñar a 150.000 personas con alguna enfermedad crónica -diabetes, hipertensión, artritis, vih+…- a cuidar de su propia salud mientras están fuera de la consulta, hospital o similar (el 99% del tiempo). La Dra Lorig lo aplica con rigor en un programa al que se añaden algunas cosas imprescindibles.
Pero… hay tres cosas implícitas: un truco, una condición imprescindible y un consejo. ; )
Truco 1.
Empieza un habito de la forma más simple posible, la que te sea tan fácil que casi es imposible no hacerlo. Haz una flexión al día. Bebe un sorbo de agua de más. Lee un minuto antes de acostarte. Hacerlo deja inmediatamente de ser «hacerlo» y pasa a ser «recordarlo». Porque una vez lo recuerdas es casi imposible no poder hacerlo!.
Truco 2.
Recordarlo también es un reto, pero menor: ponte una alarma en el móvil. Ya!. Un post-it en la pantalla del ordenador. Los zapatos en la puerta. Cambia el anillo de mano. Yo a veces me pongo el reloj al revés. Dile a un amigo que te lo recuerde (o que te invite a hacerlo juntos).
Y la condición.
Quieres hacerlo tú, es motivación tuya, y no porque lo diga tu médico, madre, mujer o suegra. A veces nos engañamos: quiero hacerlo pero me falta voluntad. Piénsalo bien, es posible que en realidad no quieras hacer más deporte, pero quizás lo que quieres es sentirte con más energía, o ver más a tus amigos. Busca otro hábito entonces.
Para ser honestos Gerard es un profesor con una gran paciencia… aunque lo pasamos mejor en el telesilla -y en las colas para llegar a ellos- mientras me explicaba el medioevo español. Con la cola que había en todos telesillas, telehuevos, telearrastres pude aprender muuucho (de historia).
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